Vamos a empezar trozando las pechugas de pollo y salpimentándolas. Por otro lado vamos a picar el ajo y el perejil lo mejor que podamos y pasamos las pechugas por encima para que se adhieran a estos dos ingredientes. Si te gusta puedes añadir mostaza al ajo y el perejil y untar con esa mezcla las pechugas. Es una opción muy rica.
Al acabar metemos las pechugas en la nevera un par de horas para que tomen bien el sabor.
Pasado ese tiempo vamos a freír el pollo en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra, hay que dejar que se doren los trozos por completo, para que queden bien hechas por todos los lados, tanto si has usado pechuga como otras partes del pollo. Por otro lado en otra sartén con aceite de oliva vamos a echar el ajo y luego la cebolla, para que se doren bien hasta que se pongan tiernas. Añade los champiñones bien trozados, y cuando esté todo en su punto, añade el vino blanco y una cucharada de harina, y removemos para que se forme una salsa blanquecina y espesa.
Ingredientes:
un par de pechugas de pollo
1/2 kilo de champiñones
Un par de dientes de ajo
1 cebolla mediana
1 cucharada de mostaza (opcional)
1 copa de vino blanco
Pimienta, sal y perejil picado.